El impacto de las criptomonedas en el medioambiente: estas son sus consecuencias

  La concienciación social con el medioambiente y la sostenibilidad es cada vez más transversal en diferentes ámbitos socioeconómicos. Y, aunque parezca lo contrario, es un concepto que está estrechamente ligado a la producción de monedas digitales, sigue leyendo para saber más sobre el impacto de las criptomonedas en el medioambiente

Las criptomonedas y la sostenibilidad ambiental

Aunque su uso es todavía residual, cada vez hay más personas, establecimientos y organismos que utilizan o, al menos aceptan, las criptomonedas como medio de pago. Sin embargo, lo que parece un claro avance hacia un entorno completamente digitalizado, puede suponer un retroceso en cuestiones medioambientales. Y es que la red de bitcoins o monedas digitales genera un consumo de energía muy elevado, que contrasta con la búsqueda de eficiencia energética que se persigue a nivel global. De hecho, según datos del Cambridge Center for Alternative Finance (CCAF), las criptomonedas concentran el 0,37% de la producción mundial de electricidad y el 0,65% de su consumo. Para contextualizar este porcentaje, el consumo de energía de los bitcoins es superior al consumo energético de países como Noruega o Suiza.

Equilibrio entre medioambiente y monedas digitales

Surge la necesidad, en esta situación, de llegar a un equilibrio entre la sostenibilidad y la protección medioambiental y el uso de criptomonedas. Con este objetivo nació Crypto Climate Accord, un acuerdo suscrito entre diferentes players de la industria con los siguientes objetivos:

• Lograr un escenario de cero emisiones en consumo eléctrico en la producción de criptomonedas de cara a 2030.
• Diseñar herramientas y tecnologías para acelerar la adopción y verificar el progreso de funcionamiento para que todas las transacciones de blockchain funcionen con energías renovables en 2025.

Bajo el prisma de lograr un equilibrio global en el plano económico integrando las criptomonedas, surgen nuevas iniciativas como el criptoeuro, a cargo del Banco Central Europeo. Su principal reto es convertir el euro, también, en una moneda digital que aporte seguridad a los negocios y que se pueda utilizar con plenas garantías.  

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Es importante saber a qué nos referimos con estos conceptos para entender cómo ayudan, o no, a la sostenibilidad en la criptoesfera. El primero hace referencia a “Proof of Work” (prueba de trabajo), que es el protocolo de consenso con el que comenzaron los usuarios de criptomonedas. Es el proceso de validación y transacción del que se encargan los denominados “mineros”, y es donde más huella de carbono se genera. Progresivamente, hay bitcoins que han evolucionado hacia un modelo de “Proof of Stake” (prueba de participación), que requiere el uso de menos hardware para validar las transacciones y, por tanto, menos consumo de energía.

¿Qué son las criptomonedas ecológicas?

En este contexto se produce un importante dilema: ¿cómo combinar las ventajas de las criptomonedas con la sostenibilidad del planeta? Para dar una solución que conjugue los beneficios de ambas esferas, se plantea la posibilidad de producir criptomonedas ecológicas; es decir, aquellas para cuya producción se utilicen, fundamentalmente, energías renovables. De esta manera, se minimiza la huella de carbono y se consigue una elevada producción con un bajo coste medioambiental. No obstante, la transición hacia este modelo constituye un proceso largo y bastante complejo. Hay que tener en cuenta que el mayor gasto energético de las criptomonedas no deriva de su transacción (para lo que se necesitan centros de datos que también consumen energía), sino de la minería de estas. Es decir, en lo que consideraríamos la producción de dichas monedas digitales.

¿Cuál es la criptomoneda más sostenible?

Hoy en día, existen determinadas criptomonedas que se consideran más sostenibles que el resto, ya que utilizan métodos de producción más ecológicos. Algunas de las principales son las siguientes:

• Polkadot
• Chia
• Cardano
• Nano
• Solar Coin
• Stellar Lumens
• Algorand
• IMPT

Aunque es difícil determinar cuál es la más sostenible, si atendemos a los resultados de las investigaciones realizadas por el Crypto Carbon Rating Institute, la criptomoneda menos contaminante sería Polkadot. El consumo de dióxido de carbono de este activo digital es de en torno a 33 toneladas al año, siendo la que menor huella de carbono deja. Por otro lado, resulta destacable, también, Solar Coin, una criptomoneda vinculada directamente al consumo de energía solar. Dado el alto potencial que tenemos en España en lo que respecta a este tipo de energía, podría ser una de las que mayor crecimiento registren en nuestras fronteras geográficas.

El compromiso del Grupo Caja Rural con la sostenibilidad

El mundo de las criptomonedas es muy desconocido, todavía, para muchas personas, pero el interés sigue una tendencia creciente. Por ello, las entidades que formamos parte de Grupo Caja Rural estamos a tu disposición para asesorarte y explicarte todas las dudas relacionadas con el pago a través de bitcoins. Desde cómo declarar las criptomonedas hasta cuáles son las más utilizadas en nuestro país. Además, garantizamos, a todos nuestros clientes, la máxima seguridad en lo que respecta a las operaciones en materia de ciberseguridad. Para ello, contamos con un importante equipo técnico que blinda todos los productos financieros y las soluciones tecnológicas que utilizamos, con el fin de asegurar sus activos. Nuestro compromiso con la sostenibilidad, la ciberseguridad y la protección de los clientes es indisociable, y en ello trabajamos día a día sin conformarnos.