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¿Qué novedades nos han traído los mercados en esta última semana? - 19 mayo 2020
Artículo elaborado por Gescooperativo, Sociedad Gestora de Instituciones de Inversión Colectiva del Grupo de Cajas Rurales.
Definitivamente es un año complejo
Nuestros gestores tienen que lidiar con una situación llena de incertidumbres, a la que los expertos en muchos aspectos la califican como, sin precedentes. Habitualmente, las decisiones se basan en previsiones; nadie puede pretender conocer lo que puede deparar el futuro y por ello toda decisión de inversión siempre ha conllevado un riesgo. En la situación actual, esta incertidumbre se ve agravada por imponderables de mucho más calado que los habituales. Tenemos muchas cuestiones y dudas aún pendientes de resolver en relación con el final de esta pandemia. ¿Son eficaces los tratamientos que se están desarrollando?, ¿Cuándo llegará la vacuna?, ¿Cuánto tiempo tardará en poder aplicarse a escala mundial? ¿Cuáles serán las secuelas económicas de las medidas tomadas para detener el virus? ¿Será posible erradicar el virus?... Tomar decisiones con tantas incertidumbres hace que tengamos que ser más cautos de lo habitual. El camino hacia la denominada “nueva normalidad” es incierto. Desde principios de mayo, algunos gobiernos europeos están levantando progresivamente las restricciones que se habían impuesto a la actividad productiva y al movimiento de ciudadanos, para frenar la expansión del covid-19. El mayor reto al que se enfrentan ahora es buscar el equilibrio entre empezar a reactivar las economías y evitar rebrotes que podrían derivar en nuevos confinamientos. Las previsiones económicas son poco halagüeñas. La Comisión Europea publicó el pasado 6 de mayo sus previsiones, que anticipan una caída del PIB en la Unión Europea del 7,7%. Probablemente, los países del sur de Europa acusarán con mayor intensidad el impacto de la crisis y previsiblemente su recuperación será más lenta, por su mayor dependencia al sector turismo. En el caso de España, la Comisión prevé una caída del PIB del 9,4% y una recuperación del 7% en 2021. La tasa de desempleo rozaría el 19% en 2020 y bajaría al 17% en 2021, mientras que el déficit se dispararía este año al 10,1% y se quedaría en el 6,7% el próximo año. Tendremos que esperar a ver si las medidas que los gobiernos están adoptando para estimular las economías de sus países serán suficientes. Los programas que se han aprobado en el seno de la Unión Europea están resultando, sin duda, un soporte fundamental para sostener los mercados de bonos; por ese lado, podemos ver una mejoría durante los últimos dos meses. El Eurogrupo activaba el pasado viernes el MEDE, con la línea de crédito de 240.000 millones de euros para paliar los efectos de la pandemia. Los Estados que lo soliciten podrán recibir un préstamo por hasta el 2 % de su PIB para cubrir costes sanitarios, ligados a la crisis del coronavirus, lo que para España suponen 25.000 millones de euros. También como novedad, el 8 de mayo, la Comisión Europea aprobó un plan con el objetivo de que los Estados Europeos puedan apoyar a compañías nacionales, que hayan sufrido un gran deterioro en su solvencia, a raíz de la pandemia. Esta capitalización pública, debe ser el último recurso al que puedan acudir las empresas, y tendrá como único objetivo la viabilidad de éstas y, en el caso de que supere el 22% del capital total de la compañía o los 250 millones de inversión, deberá contar con la aprobación de la Comisión Europea. La presencia de capital público en compañías privadas queda limitada a seis años en el caso de compañías cotizadas, y siete para no cotizadas. Durante este periodo, no se podrán repartir dividendos, ni recomprar acciones y las operaciones societarias se verán limitadas. En todo caso, las desavenencias entre algunos países de la UE a la crisis del COVID-19 han generado todavía incertidumbre en mercados y ciudadanos. Además, el veredicto de la Corte Suprema alemana, sobre el programa de compra de activos por parte del BCE de 2015, podría llegar a limitar el margen de maniobra del BCE en la compra de bonos, teniendo peores consecuencias en países con situaciones fiscales más débiles como Italia, Portugal o España.
¿Qué respuesta vemos en los mercados a esta situación?
En el caso de los mercados de renta fija, la semana pasada estuvo marcada por las tensiones tanto políticas como comerciales entre EEUU y China. La renta fija se encuentra fuertemente apoyada por los Bancos Centrales. Y a tenor de los datos macro que vamos conociendo, aumenta la divergencia entre las cotizaciones de los activos financieros y la economía real. Los niveles de referencia de las curvas de deuda europea se han movido poco durante la semana pasada. La deuda alemana a 10 años continua en el rango (0,52% - 0,55%), mientras que la deuda española continua con el tímido goteo a la baja de sus rentabilidades, su bono a 10 años tiene una rentabilidad anual del 0,75%, y los bonos con vencimiento inferior a 2024, tienen rentabilidades negativas. En EEUU, Powell reaviva los temores a una recuperación más lenta de lo previsto. En su intervención en el Peterson Institute for International Economics, el presidente de la FED afirmó que el alcance y la velocidad de esta recesión económica no tiene precedentes en la historia moderna; aunque descartó, al menos en el corto plazo, una bajada de tipos a terreno negativo, tal y como pedía Trump. Desde la segunda quincena de marzo, el comportamiento de las bolsas ha sido dispar, con los índices americanos como Standard & Poors y Nasdaq acercándose a niveles anteriores al COVID, especialmente el índice tecnológico que tiene rentabilidades positivas en el año. Mientras que las bolsas europeas muestran una recuperación más contenida. El Eurostoxx con una recuperación en torno al 15%, y el Ibex en torno al 10%. En nuestra opinión, las bolsas quizás han subido muy rápido, lo que nos hace ser también cautos. Esta revalorización no está justificada por los beneficios de las compañías, sino más bien por la falta de alternativas de inversión y porque el mercado, con cierto optimismo, está descontando una recuperación excesivamente rápida para la gravedad de la situación.
La gestión en nuestros fondos…
Intentamos buscar compañías generadoras de caja de forma consistente, con balances solventes y esto lo encontramos en el sector tecnológico, en el que a día de hoy estamos sobre-ponderados en la mayoría de nuestros fondos. A nivel global, en la gestión de nuestros fondos nos posicionamos más defensivos con unos niveles de liquidez ligeramente superiores a lo habitual. En los fondos de renta fija el peso mayoritario de su inversión se encuentra en deuda pública española; en los fondos mixtos se ha reducido la exposición a high yield, y también se han reducido las duraciones de las carteras de renta fija. En cuanto a nuestros fondos mixtos conservadores, están evolucionando razonablemente bien, en especial los mixtos internacionales. A futuro, cuando empecemos a ver la salida de la crisis, la recuperación vendrá probablemente, por la parte de los mercados internacionales. Como resumen, a corto plazo seguimos viendo una situación de mucha incertidumbre, por lo que mantenemos una gestión prudente, pero a la vez estamos analizando compañías y la evolución de la pandemia, para una vez superada, posicionarnos en atractivas inversiones a largo plazo, que puedan aprovecharse de la recuperación, que seguro llegará.