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Las criptomonedas han cautivado a inversores de todo el planeta. Su popularidad no ha dejado de crecer en los últimos años, pese a los riesgos que conllevan. Para muchos son un producto interesante para el futuro, pero en otros despiertan recelos. Si quieres saber cómo actuar en tu caso, primero debes conocerlas.
Las criptomonedas son un tipo de activo digital que utiliza criptografía para garantizar la seguridad de las transacciones y controlar la creación de nuevas unidades. A diferencia de las monedas tradicionales emitidas por los bancos centrales, su naturaleza es descentralizada y operan con base en una tecnología llamada blockchain. Además, no existen en forma física ni tendría sentido que así fuera.
Desde su aparición en 2008, aunque se planteó un sistema parecido en 1983, han ido ganando en popularidad. La visión general de sus partidarios es que eventualmente sustituirán al dinero físico gracias a las ventajas que ofrecen. Sin embargo, en la actualidad, su uso para intercambios de bienes o servicios no es muy alto, lo que lleva a que se utilicen como reserva de valor, en especial en tiempos de incertidumbre.
Otro aspecto importante es el valor asociado a las criptos. Al contrario de lo que ocurre con las monedas centralizadas, no están respaldadas físicamente por una autoridad monetaria ni por ningún otro activo o materia prima. El dinero que utilizas en el día a día tiene detrás una serie de instituciones que garantizan su valor en el tiempo. Sin embargo, esto no ocurre con las criptomonedas, pues es la comunidad de usuarios y los usos que le dan lo que sostiene y otorga sentido a los activos.
La existencia de las criptomonedas se debe a una tecnología: el blockchain. Se trata de una base de datos descentralizada o de un registro contable compartido. En su interior se apuntan todas las transacciones que se llevan a cabo en bloques. Esto lleva a que se creen secuencias de datos que no pueden alterarse en el futuro, algo que aporta confiabilidad y seguridad.
Aunque no sea posible alterar las secuencias, sí que se pueden comprobar, lo que añade transparencia a las transacciones. Además, para validar estas últimas debe existir un consenso, que suele acometerse mediante un algoritmo específico. Por ejemplo, en Bitcoin se emplea Proof of Work para la generación de nuevas monedas, con un número máximo de monedas ya definido (21 millones de Bitcoins.
Existen más de 22. 300 criptomonedas con una capitalización de mercado que está en torno a los 1.600 millones de dólares (a diciembre de 2023). Se trata de un número bastante elevado, sobre todo, si tienes en cuenta que en 2013 tan solo había disponibles 50. No obstante, hace diez años la popularidad de estos activos digitales no era similar a la actual.
De entre tantas monedas, hay algunas que se han vuelto muy importantes:
Dada la tecnología que las sustenta y que aún resultan novedosas, las criptomonedas se consideran como un activo muy volátil. Por tanto, sus riesgos son mayores a los que tienen las acciones bursátiles, por ejemplo, las cuales son más conocidas. Estos son algunos que debes tener en cuenta:
Dadas sus características y su elevada volatilidad, las criptomonedas no son una inversión apropiada para principiantes. Para invertir en ellas tus ahorros, es necesario que las conozcas en detalle y que sepas controlar tanto tus emociones como los riesgos que vas a correr. Analiza todos los riesgos e infórmate antes de invertir en criptomonedas.