Si eres de los que cada año, cuando pasa el verano ya está pensando en la Navidad, de los que pasea por los mercadillos navideños buscando nuevos adornos cada año, seguro que en alguna ocasión te has planteado por qué ponemos dentro de casa un árbol y lo decoramos como ritual de inicio de la Navidad. O seguro, te has preguntado por qué se hace en tantos y tantos hogares y se ha convertido en una gran tradición que conocemos.  

La tradición del árbol de Navidad tiene raíces mucho más profundas de lo que parece. Esta costumbre, que hoy nos llena de magia nuestros hogares cada diciembre, empezó en culturas antiguas del norte de Europa. Los pueblos celtas, por ejemplo, ya decoraban ramas de árboles como símbolo de vida y esperanza durante el solsticio de invierno. Los cristianos en Alemania, siglos después, tomaron esa idea y la adaptaron, colocando un árbol entero en sus casas, decorándolos con manzanas y velas para celebrar el aniversario del nacimiento de Jesús. Con el tiempo, esta tradición se extendió a todo el mundo, evolucionando hasta lo que hoy conocemos: árboles decorados con luces, estrellas y adornos que traen un aire festivo y llenan de luz nuestros hogares. Siendo un símbolo inequívoco de que llega la Navidad y todo lo que ello significa.  

Además, montar el árbol de Navidad en familia representa unión, ilusión y creatividad. Cada adorno, cada luz y cada estrella, simbolizan momentos compartidos y sueños por cumplir. Al poner el último adorno y encender las luces, el árbol se convierte en mucho más que una decoración: simboliza el comienzo de un tiempo especial, un espacio de esperanza y calidez compartido. Nos recuerda la importancia de los pequeños momentos y de las tradiciones que, año tras año, refuerzan los lazos familiares y nos permiten mirar al futuro con optimismo. Es una tradición que nos invita a reconectar con lo esencial y a valorar el tiempo con los nuestros, porque al final, es este espíritu el que da sentido a cada Navidad. 

Al final es fácil… cada Navidad ponemos el árbol en casa porque somos así. Porque queremos seguir siendo así y porque queremos que los “nuestros” sean así con nosotros.  

Igual que montar y decorar el árbol de Navidad con los nuestros, es una tradición, en Caja Rural cuidarte y hacer crecer tus proyectos también lo es. Así como el árbol requiere de tiempo y dedicación para florecer, tus metas y sueños, también merecen una propuesta sólida y la atención adecuada. Con el Programa Porque Somos Así, queremos ser parte de tus proyectos y ayudarte a alcanzar tus objetivos, acompañándote con las herramientas necesarias para que florezcan y se mantengan firmes en el tiempo. Consigue disfrutar de las ventajas del programa, en el que te bonificamos las comisiones más habituales de tu cuenta y tarjeta, de manera fácil y sencilla. Porque en Caja Rural, estamos comprometidos contigo y con tus proyectos, para que puedas ver cómo crecen y prosperan.  

Queremos formar parte de tu círculo de confianza, porque nosotros, también SOMOS ASÍ.