[wpseo_breadcrumb] Tanto el equilibrio del medio ambiente como la prosperidad de la agricultura dependen en gran medida de la supervivencia de diversas especies polinizadoras, destacando en particular las abejas. Estos insectos son una parte crucial de la biodiversidad necesaria para nuestra existencia, pero lamentablemente están siendo cada vez más amenazados por la influencia humana. Sin embargo, ¿Cuáles son los riesgos que enfrentan y qué medidas pueden adoptarse para conservar esta especie? ¡Te lo contamos en este artículo!
El papel vital de las abejas en la polinización
Como todos sabemos, las abejas son conocidas por proporcionarnos alimentos de alta calidad como la exquisita miel, la jalea real y el polen; así como otros productos conocidos como la cera de abeja y el propóleo. Más allá de su mera existencia como insectos zumbadores, cumplen una función esencial en el proceso de polinización. De hecho, las abejas son las encargadas de recoger el polen en sus cuerpos y transferirlo de una flor a otra mientras se alimentan. Este proceso, aunque simple en apariencia, es de una importancia extraordinaria para la diversidad y la abundancia de las plantas que rodean nuestro entorno. De acuerdo con la IPBES, la abeja occidental es el insecto polinizador más extendido a nivel mundial. Además, se estima que existen más de 80 millones de colmenas que producen alrededor de 1,6 millones de toneladas de miel al año, un dato que resulta asombroso para cualquier persona. No obstante, a pesar de la relevancia de estos animales, en la actualidad, su supervivencia está amenazada en gran medida debido a las actividades humanas, el uso de pesticidas y la contaminación ambiental.
Las consecuencias para la biodiversidad
¿Alguna vez has pensado que sería del mundo si no existieran las abejas? Claramente, y con tristeza, desaparecerían una gran variedad de especies que dependen de la polinización para reproducirse. En efecto, tendría un impacto negativo en la estabilidad de los ecosistemas, afectando a numerosos niveles de la cadena alimentaria, ya que son muchas las especies de animales que necesitan las plantas polinizadas como fuente de alimento y hábitat.
Amenazas para la supervivencia de la población apícola
La población apícola, que incluye abejas melíferas y otros polinizadores, enfrenta diversas amenazas que pueden afectar de manera significativa en su supervivencia. Dichas amenazas pueden variar en su naturaleza y origen, pero algunas de las más importantes son:
- Pérdida de hábitat. La destrucción y fragmentación de hábitats naturales reducen las áreas de forrajeo y anidación de las abejas. La urbanización, la agricultura intensiva y la deforestación contribuyen a esta pérdida.
- Enfermedades y parásitos. El ácaro varroa representa uno de los mayores adversarios para las abejas. Su modus operandi implica sujetar a la abeja y extraer la hemolinfa (una sustancia similar a la sangre de la abeja) y las reservas de grasa corporal, debilitando el sistema inmunológico del insecto. Además, este ácaro actúa como portador de enfermedades que pueden expandirse por toda la colonia. En este contexto, el rol del apicultor se torna fundamental, ya que juega un papel crucial en mantener la salud y seguridad de las colmenas ante las amenazas de plagas y depredadores.
- Cambios climáticos. Las condiciones climáticas adversas, como es el caso de las primaveras con temperaturas demasiado bajas, pueden alterar la recolección de néctar y polen y, también, dañar las colonias de las abejas melíferas y sus crías.
- Prácticas agronómicas. Los métodos de cultivos se han renovado con los años y cada vez son más intensivos, lo que ha afectado tanto a los hábitats de las abejas silvestres como al alimento disponible para ellas. Tampoco es de gran ayuda el uso de los pesticidas.
Acciones para garantizar la supervivencia de las abejas
Ahora bien, ¿Cuáles son las acciones que pueden mejorar el bienestar de las abejas? Debido a la creciente preocupación en torno a este tema, se han implementado medidas de manera urgente. Una de estas medidas es la iniciativa adoptada por la Unión Europea en 2018, en la que se mantuvo la prohibición parcial de tres insecticidas conocidos como neonicotinoides, con el propósito de reducir la amenaza mortal que estos productos representan. En esta misma línea, precisamente para concienciar y animar a los gobiernos, las organizaciones y los ciudadanos a tomar medidas para conservar esta especie vital, la ONU ha designado el 20 de mayo como el Día Mundial de la Abeja. Hoy en día, algunas de las iniciativas que se pueden llevar a cabo para mejorar la conservación de las abejas y otros polinizadores son las siguientes:
- Realizar la siembra de flores ricas en néctar, como caléndulas o girasoles, en balcones, terrazas y jardines.
- Optar por adquirir productos ecológicos, como la miel, en el mercado local más cercano.
- Educar y sensibilizar a niños y adolescentes acerca de la importancia de las abejas, fomentando iniciativas de apoyo a los apicultores.
- Implantar sistemas de reciclaje, como el compostaje, para gestionar de manera adecuada los desechos orgánicos.
- Seleccionar pesticidas no perjudiciales para las abejas y aplicarlos en momentos sin viento, como por las mañanas o las noches, cuando las abejas ya se retiren de las flores.
Conoce el rol tan esencial que cumplen las abejas en nuestro hábitat y la razón por la cual su conservación reviste tanta importancia.