Si estás pensando crear tu propia empresa, el proceso de constitución te puede parecer un proceso complicado y largo. Entre las muchas decisiones que deberás tomas, será en este momento cuando definirás el objeto social de tu empresa. Pero, qué es realmente y cómo se redacta. Si te interesa, sigue leyendo porque vamos a despejar todas tus dudas.
Objeto social de una empresa
Definir el objeto social de una empresa consiste en concretar las actividades que vas a desarrollar. Dicho así parece fácil y obvio. Sin embargo, no saber detallar a qué va a dedicarse la sociedad tanto ahora como un futuro es una de las dudas más habituales a la hora de constituir una empresa. De su correcta redacción dependerá que la inscripción de la escritura en el Registro Mercantil sea un éxito o un fracaso. Además, el objeto social es algo tan importante que debe reflejarse en los estatutos sociales de la compañía, por lo que cualquier cambio que se quisiera hacer a posteriori implicaría una modificación estatutaria. Y, como sabrás, exige un acuerdo de la Junta General, elevarlo a público ante notario e inscripción nuevamente en el Registro Mercantil.
Recomendaciones para elaborar una redacción adecuada del objeto social
Cuanto más preciso seas en la definición del objeto social, mejor. Por tanto, lo más aconsejable es consultar los códigos de la Clasificación Nacional de Actividades Económicas (CNAE), que agrupa a las empresas en función de las actividades que desarrollan. Al mismo tiempo, es conveniente consultar los epígrafes del Impuesto sobre Actividades Económicas, ya que cada actividad económica tributa diferente. De esta manera, te aseguras que la actividad o actividades que menciones en el objeto social sean lícitas, concretas y precisas. A la hora de definir el objeto social deberás comprobar si la actividad está sujeta a algún tipo de incompatibilidad; si está reservada a un grupo determinado de profesionales e, incluso, si requiere a mayores otro tipo de autorizaciones o licencias.
¿Qué deben reflejar los estatutos sociales?
Como te hemos contado, el objeto social es uno de los elementos que debe constar en los estatutos de la sociedad. Y estos deben contener:
- Denominación y domicilio
- Redacción detallada sobre las actividades que se van a desarrollar
- Capital social y las participaciones
- Organización de la administración y acuerdos entre los socios
- Cierre del ejercicio, liquidación y arbitraje
Los estatutos de una empresa son su base reglamentaria y todo aquel que los firme, está obligado a cumplirlos. Su elaboración no es asunto baladí. En el momento de constituir una empresa, podemos dejarnos llevar por el entusiasmo y no prestar a esta cuestión la importancia que requiere. Pero si se quieren evitar problemas futuros, te aconsejamos que le dediques tiempo. Para su redacción, puedes optar por fijarte en estatutos de empresas similares y contar con una plantilla. Sin embargo, cuanto más personalizados sean, mejor. Tanto si tienes en mente una idea y estás decidido a emprender, como si ya estás en la fase de constitución de la empresa, acércate a la oficina de tu entidad de confianza para recibir asesoramiento sobre productos y servicios que te pueden ser de gran utilidad.
El objeto social de una empresa consiste en concretar las actividades que vas a desarrollar. Deben ser lícitas, concretas y precisas.